La culpa

  • By Claudia
  • 2010-06-04
  • 2 min read

Hace muchos años que me di cuenta que ese grillito que me sopla sus ideas al oído lo tengo amarrado, maniatado, amordazado y con libertad condicional. ¿Como paso?, ni la más mínima idea, pero lo agradezco cada día cuando abro mis ojos.

No sé si será normal, o algún tipo de psicopatía, lo que sí sé es que se regula por algún misterio cósmico completamente desconocido para mí. Me permite ser libre sin ser una sociópata de porquería, al menos no en terminos legales y de salubridad.

En otras palabras, soy una ególatra de mierda sin arrepentimiento alguno que disfruta siendo como es y que valora su existencia .

Hace mucho tiempo me dí cuenta también que me importa muy poco lo que piensen o crean o supongan de mi, que disfruto ocupar un segundo en la mente de otros seres humanos no importando si es para bien o para mal, lo importante es ese espacio. Una especie de marketing gratuito hacia mi ser, un aviso ayudando a replicarme en la vida de otros.

Crecí en una familia católica con firme sentido social, sigo siendo católica sin llegar al fanatismo fustigador de la culpa, poseo sentido social sin llegar a ser mártir auto infringido. No suelo ceder mis variables de felicidad por otros, a menos que eso me entregue una dosis de felicidad y gratificación en dosis satisfactoria, no suelo ser una santa y mucho menos algún ser angelical, soy una diabla feliz de su traje rojo con lentejuelas de puta mientras saco filo a mi tridente.

No pierdan tiempo culpándose por cosas banales, sanas, naturales. La sociedad se encarga de culparte por asuntos que son futiles, no te esfuerces en ello. Olvidate de los "NO puedo" y arriesgate a ser feliz.