The bucket list

  • By Claudia
  • 2009-11-09
  • 3 min read

Este fin de semana, gracias a mi fiel amigo "el cable dominical", pude volver a disfrutar de esta película ( The bucket list), que habla de amistad, de familia, de autoestima y por sobre todo de ganas de hacer y aprender a decir que si! Desde hace muchísimo tiempo tengo la certeza de mi muerte, lo que hace que mi vida sea significativa en cada segundo que pasa. Nada es tomado al azar, nada esta completamente planificado, llevo decenas de años desapegada de lo material, y cada respiración es mas cercana a oler y disfrutar, que de ser contada como una ventilación efectiva más ,en mi vida.

Vivir en pleno, valorar lo que tengo, y felicitar a los que tienen lo que yo no necesito pero que a ellos los hace felices. No envidio, no ansío, encauzo mis deseos y consigo lo que quiero.

Sabiendo que cada día que pasa está lleno de riesgos patentes para mi hormiguesca existencia, el auto que corría como loco y apenas frenó delante de mi parachoques, la van que me esquivo como por arte de magia mientras yo cruzaba por un paso peatonal, el neumático que se reventó mientras mi auto estaba estacionado, etc. cientos, miles, millares tal vez, de oportunidades para "tener" que marcharme de esta tierra antes de que la involución orgánica lo determine.

Y cuando pienso en ello, no sé que será peor: a) Saber el dia exacto en el que me iré. b) Desconocer por completo el día de mi muerte.

La muerte es infranqueable, inevitable y permanente. Ambas opciones son atractivas desde perspectivas diferentes, frente a situaciones de vida (o muerte) diferentes también. Los que tienen una enfermedad terminal tienen la "fortuna" de la inminencia. No para ellos, sino para los que los rodean, familiares, amigos, twiter , FB o alguna ociosidad por el estilo. Muchos de sus conocidos tienen la "necesidad" de despedirse, de despejar situaciones confusas, de pedir perdón, de reencontrarse. El resto de los seres vivos...NO!

La mayor parte de los tópicos de mi "Bucket list" están tachados, gracias a Dios, he tenido la suerte de que en mi existencia se han cruzado seres maravillosos, que me han alimentado con sus experiencias, sus penas, sus aciertos y sus alegrías.

Agradezco a cada uno de ellos ese regalo inmensurable, completamente irretribuible, de considerar al mundo entero como enfermo terminal de su irrenunciable mortalidad, y dar lo mejor de mi cada día... porque no se si alcance a mañana.

Un abrazo

PD: han hecho sus listas?